Pues si una vez más fui victima de las estadísticas, ya por el año 2000 los de la Universidad Agraria de La Habana no pusieron reparo en tronchar toda mi trayectoria en la mejor empresa en cuanto a tecnología y desarrollo que había en el país por aquellos años, sin más no me liberaron y obligaron a pasar el servicio social con ellos porque hacía el número X en la cantidad de profesores que necesitaban para completar y abrir una facultad nueva en esa Universidad. De más está decir que nunca di una clase ni me paré delante de un estudiantado, pero no importa me retuvieron los dos años y adiós a toda mi trayectoria en Cubacel.
Ahora a finales del 2009 me sucede algo similar cuando el sector militar de la Habana Vieja se plantea realizar la última Reunión de estudios Militares de este año y para eso, claro está, necesita un por ciento de reservistas y para mi desgracia se encontraron mi expediente que llevaba años en algún rincón y alguien tropezó con él.