Como la genial película La Vida es Bella

Pues sí, realmente no se cuanto mal puede hacerle a un niño vivir todo un mundo de fantasía sin que lo abrumen los problemas y males que puede enfrentar cualquier sociedad. El caso es que, si de esta manera son felices y logran realizar sus sueños, creo que ya tendrán suficiente tiempo en la adultez para enfrentar los problemas y males de la sociedad que les toca vivir.

Este primer comentario me vino a la mente recordando a Riki, mi sobrino varón más pequeño que solo cuenta con 11 años, pues a pesar de los vaticinios de que sería, como decimos en buen cubano, la candela, ya que nació con un don muy particular para las pillerías y causar bromas a los demás, ha encausado todo este potencial en el arte. Desde hace poco más de un año es miembro de La Colmenita del Este, un pequeño grupo teatral filial de la ya prestigiosa compañía La Colmenita. Este pequeño grupo del Este donde mi sobrino poco a poco ha logrado un papel importante, gracias también al destino, pues interpreta un lindo personaje en una obra al enfermar el niño que lo interpretaba, y ahí estaba Riki, lo hizo tan bien y con tanto carisma, que desde ese día el personaje del viejo muñequero (inspirado en el viejo Geppetto de Pinocho ) fue suyo.

Por lo general, todos estos niños compañeros de Riki en este pequeño grupo de teatro, se divierten en cada ensayo, en cada función, pues son muy felices haciendo algo que les llena de placer y porque también allí están sus padres para como en la película La Vida es Bella hacer que sigan siendo felices.

El pasado domingo fui a disfrutar de su presentación en la obra Fantasía de una Noche, en la sala Teatro Adolfo Llauradó en saludo al día del instructor de arte. Quede muy impresionado con la actuación de todos estos niños, quizás muchos de ellos escojan un camino diferente a la actuación cuando sean adultos pero de lo que estoy seguro es que serán seres humanos más sensibles y por qué no, más preparados para enfrentar la otra cara de La Vida es Bella.

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