Salido de un cuento, ciudad que cae, fisgón donde nadie te ve, altura que entrampa, ciudad que encandila, todo lo que vas a añorar…
Recorres cada espacio y te descubres distante de esa realidad y, a la vez, parte de su algarabía. Desorientado en tu búsqueda, no atinas a ver, cual personaje de Saramago luchas… pero tu propia ceguera te devuelve, sin más, la luz que persigues, los sueños que pensabas robados, y de nuevo vuelves a ver el encanto de una ciudad que trasciende tus muros…
Tú haces la foto desde las azoteas de La Habana…
Desde: Campanario de San Francisco de Asís
Desde la torre del campanario del convento, a 40 metros de altura, se garantiza una vista de la ciudad y su bahía.
Desde: Café Escorial
En la Plaza Vieja, ofrece un atractivo ángulo de las construcciones y transeúntes.
Desde: Hotel Saratoga
Cosmopolita en su esencia, se erige en el bullicio típico del entorno citadino actual.
Aunque, su fachada ecléctica mantiene el espíritu de los años 30, y su vista devuelve el panorama a construcciones de la época neocolonial, como El capitolio.
Desde: Hotel Parque Central
Su estilo colonial se complementa con grandes ventanales de cristal de donde se perciben monumentos arquitectónicos de la historia de la Isla, así como la cultura de la calles, su gente inmersa en el cotidiano devenir.
Desde: Castropol
El mar, el Malecón habanero, se revelan protagonistas en la instantánea, símbolos de la ciudad, de nostalgia, de ilusión…
Desde: El Focsa
Construido en 1956, es considerado una de las maravillas de la ingeniería civil cubana, con 121 metros de altura, ostenta una de las vistas más espectaculares de la ciudad.
Duración de 4 a 6 horas y la salida se coordina según los intereses.
Tenemos precios económicos y se ajustan a la cantidad de clientes, o sea disminuyen con el aumento de estos. Sepa usted que nuestra prioridad es que se sienta a gusto y que sus gastos sean módicos, contáctenos.